Cultura Colectiva

Por ejemplo, el mito de que los mexicas eran un pueblo sanguinario que sacrificaba a los suyos a diestra y siniestra permeó los estudios de la civilización por años. Con el tiempo, fue más claro que se trataba de una visión poco realista y muy dramática de los sacrificios humanos, sin embargo, en la historia prehispánica, existió un grupo indígena que cometió canibalismo.

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Se trata de los acolhuas, un grupo aliado de los mexicas, que habitaba en Zultépec —en el estado de Tlaxcala— un poblado que cambió su nombre a Tecoaque, que en náhuatl significa “El lugar donde los comían”. Según los hallazgos arqueológicos del grupo dirigido por Enrique Martínez Vargas y Ana María Jarquín Pacheco, en ese lugar los acolhuas mantuvieron cautiva a toda una caravana de gente que seguía el camino de Hernán Cortés hacia la conquista de Tenochtitlán.

Dicha caravana comprendía de cerca de 550 personas, entre los que los investigadores han destacado a 15 españoles, 45 soldados de las colonias, 50 mujeres, 10 niños y un gran número de aliados indígenas, así como negros, zambos y mulatos que presumiblemente Cortés trajo desde Cuba.

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Para albergar a tantas personas, los acolhuas comenzaron la construcción de nuevos cuartos, en los que habitaron hasta por 6 meses. Es decir, el tiempo de toda una series de festividades del calendario mexica. El INAH cita la celebración de «Panquetzaliztli, la más importante dedicada a Huitzilopochtli», en la que los prisioneros fueron inmolados:

«Por estudios de antropología física y los objetos asociados, se sabe que los sacrificios localizados en la plaza Central se llevaron a cabo en honor a Huitzilopochtli, Tezcatlipoca y Quetzalcóatl; los de la Sur, a deidades relacionadas con eventos agrícolas».

Asimismo, quedó evidencia del cautiverio de la caravana, dado que cuando los acolhuas se enteraron de que Cortés marchaba en busca de venganza, ocultaron los aljibes, huesos y cualquier otro tipo de evidencia de los españoles y sus aliados en ciertas habitaciones, sepultándolas y permitiendo así su conservación. Es por ello que actualmente han recolectado cerca de 200 objetos europeos, como espuelas de caballo, clavos de hierro, anillos y cerámica.

Sin embargo, según un artículo de The Guardian, el propio Enrique Martínez declaró que los huesos encontrados tienen marcas propias de que «la carne fue cortada de los huesos […] sugiriendo que los pobladores no sólo comieron los caballos, pero los viajeros de la caravana también». Sin embargo, la publicación afirma que no pudieron confirmarlo con el investigador, remarcando que los registros de los colonos españoles y los cronistas solían apuntar el canibalismo de los indígenas, pero no proveían las pruebas necesarias.

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Más allá de las afirmaciones de The Guardian, aún queda pendiente una confirmación exacta de esta prácticapor lo que el debate de la supuesta antropofagia prehispánica, tanto de los mexicas, los acolhuas y hasta los mayas, sigue siendo eso: una mera suposición.
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