«Yo Nezahualcóyotl lo pregunto: ¿Acaso deveras se vive con raíz en la tierra? No para siempre en la tierra: sólo un poco aquí. Aunque sea de jade se quiebra, aunque sea de oro se rompe, aunque sea plumaje de quetzal se desgarra. No para siempre en la tierra: sólo un poco aquí».
Nezahualcóyotl, Nikihtoa (Yo lo pregunto)
¿Quién es Nezahualcóyotl?
Los intermediarios para hacer llegar sus textos hasta nuestros días son los que precisamente han provocado que en torno al papel de poeta de Nezahualcóyotl surjan todo tipo de mitos, aunque tenemos que decirlo, la mayoría son totalmente falsos y han servido para la formación de identidades nacionales, así como a algunos propósitos religiosos. Aquí algunas de las imprecisiones más comunes sobre su figura:
El poema del billete de 100 pesos
En uno de los principales billetes aparece el rostro de Nezahualcóyotl y en un tipografía diminuta, un poema corto atribuido a él; sin embargo, no le pertenece. El investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, Patrick Johansson, ha explicado en distintas ocasiones que este poema tiene un sinfín de inconsistencias respecto al estilo y la lírica del tlatoani.
Foto: Wikimedia Commons
«Amo el canto del cenzontle, pájaro de cuatrocientas voces, amo el color del jade y el enervante perfume de las flores, pero más amo a mi hermano: el hombre»
Escribió más de 300 poemas
Puede que esto sea cierto; sin embargo, la mayoría de los poemas que llegaron hasta nuestros días son atribuciones. Sólo se sabe con seguridad de 30 poemas que le pertenecen, recopilados en Cantares mexicanos y en los Romances de los señores de la Nueva España, ambos compilados por Fray Bernardino de Sahagún.
La poesía era sólo por escrito
Contrario a la poesía que caracteriza a Occidente, existen registros como “El sentido y los sentidos en la oralidad náhuatl prehispánica” de Patrick Johansson, de que la poesía prehispánica era predominantemente oral, esto quiere decir que se aclamaba, usualmente fusionado con la gestualidad del orador e incluso de música o danza, las cuales se perdieron cuando fueron transcritas.
O de cualquier otro poeta prehispánico. Lo cierto es que prácticamente toda la poesía que llegó a nuestros días pasó primero por la pluma de los religiosos que de una manera u otra imprimieron no sólo su desconocimiento de la lengua, sino una cierta censura y destrucción de códices y otras fuentes de expresiones prehispánicas para favorecer la evangelización cristiana entre los indígenas.
Foto: Los sabores de México
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