EL MINOTAURO
Nicolás Durán

La austeridad del gobierno federal, que más que mesura juarista parece franciscana miseria, tiene preocupados a Carlos Joaquín González y a Yohanet Torres, la secretaria de finanzas; más aún, tiene alarmada a gran parte de la comunidad estatal: la beneficiaria de los programas sociales del gobierno de Quintana Roo como, por ejemplo, los del programa de los 300 Pueblos.

 Razón no les falta para tal inquietud, pues en el primer semestre del año la Secretaria de Hacienda reportó un subejercicio de casi 175 mil millones de pesos, es decir que no erogó o gastó esos millones y ello pudiera hasta antojarse positivo, pero no lo es ya que el disque ahorro se hizo castigando las participaciones y las aportaciones federales de por lo menos 24 estados de la República.

En México, el dinero público, el que viene de impuestos como el IVA y otros ingresos como la derrama petrolera, se reparte a los estados vía las participaciones y, para empezar, sirve para que los gobiernos locales enfrenten demandas públicas como salud, educación y seguridad. Son algo así como los fondos para cubrir el gasto fijo de una casa, válgase el ejemplo. Pues es este dinero el que no ha llegado a cabalidad al Estado.

Hoy la Federación debe 670 millones de participaciones a Quintana Roo. En junio debió entregar poco más de 6 mil 678 millones y sólo entregó 6 mil 132 millones. El dinero, sin duda, llegará al Estado, pero el retraso frenó ya la operación de proyectos sociales locales, pues cabe señalar que las necesidades comunitarias son atendidas no sólo por el gobierno federal.

En pasados sexenios, cuando el gobierno federal quería apretar a tal o cual gobernador, retrasaba la entrega de participaciones federales, aunque no creo que tal sea lo que ocurre. En tanto, menuda tarea la que enfrentan el gobernador y la secretaria de Finanzas para conservar el equilibrio financiero del Estado, sin recurrir a nuevos endeudamientos.

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