A unos cuantos días de convertirse en el VII gobernador de Quintana Roo y luego de una campaña proselitista cuando menos azarosa, Roberto Borge Angulo (Cozumel, 1979) tiene ante sí dos grandes retos: abatir la creciente inseguridad pública que enfrenta el Estado, sobre todo en las ciudades turísticas y, cuando menos, reducir los graves desequilibrios sociales que se viven el mismo.

Nicolás Durán de la Sierra.

En el primero de los casos, para el que será sin duda el gobernador más joven en la historia de la entidad y del país, “la legalidad será siempre el camino que siga”. Su respuesta, en mitad de una de sus largas caminatas por Cancún, sirve como corolario de los discursos y entrevistas en los que ha abordado el tema.
– Para hacer frente con efectividad a la delincuencia, sea esta organizada o común, el Estado necesita de la Federación un flujo mucho mayor de recursos. En proporción, los apoyos de esta han ido a la baja en los últimos años. En el 2005, por ejemplo, Quintana Roo recibió 146 millones de pesos y este año, apenas 178 millones. Treinta y dos millones más que hace cinco años. Las cifras hablan por si mismas.
En foros auspiciados por organismos empresariales o en sus participaciones ante la comunidad, en este rubro ha sido insistente: “existe una corresponsabilidad entre la Federación y el Estado para el combate a la criminalidad, y nosotros hemos cumplido, los seguiremos haciendo, pero necesitamos con urgencia más recursos”.
En su agenda de seguridad, el todavía candidato Borge Angulo contempla, como estrategia de limpieza policial y participación de la comunidad, “la disposición de líneas telefónicas ciudadanas  a las cuales los policías no podrán o deberán tener acceso; es un control adicional a las rotaciones de los mandos medios, la nueva sectorización en ciudades como Cancún y la profesionalización policial”.
– Pero también, de manera a la vigilancia y depuración de los cuerpos policiales, mi gobierno impulsará con decisión modificaciones a las leyes estatales para endurecer las sanciones a violadores de menores y mujeres, asesinos y toda suerte de criminales de lesa humanidad; se trata, en fin, de presentar un frente integral que inhiba la delincuencia en cualquiera de sus formas.
“No debemos dejar de lado que en el Estado como en el resto de México, la delincuencia del fuero común tiene un mucho mayor impacto social que la del fuero federal; claro, esto no quiere decir que no se combata a ésta última con toda la fuerza del Estado, sino que no se debe olvidar a la primera, tan nociva sobre todo entre la gente humilde”.

RECUPERAR LA
CONFIANZA

-El tema de la seguridad pública va Íntimamente ligado –dice- con la impartición de la justicia, o mejor, con la buena, y efectiva y rápida impartición de la misma, que es una de las demandas sociales de mayor peso no sólo en el Estado, sino en el país por entero.
“Es imprescindible recuperar la confianza pública en las instituciones, sobre todo en aquellas encargadas de impartir justicia. Hay que terminar con el rezago de expedientes y agilizar todos los procesos judiciales; si la estructura de servicio es ineficiente por burocrática, habrá que corregir lo necesario y hacerla rápida y expedita, como lo consigna la propia Constitución de la República.
“En este aspecto –añade- desde el inicio de la campaña misma, hemos trabajado mucho. Para que un gobernante tenga éxito en sus funciones, en su gestión,  es crucial que cuente con la confianza de los gobernados; en Borge sí confío es mucho más que una frase con fines electorales, es en si misma la expresión de lo que esperamos lograr con nuestros recorridos de campaña”.
– Además, en contribución a este mismo objetivo – dije que se trataba de un frente integral- impulsaremos la protección y el fortalecimiento familiar como núcleo básico de la sociedad. Aunque parezca una verdad de pero grullo, una familia sana, genera ciudadanos sanos en la gran mayoría de los casos; si cuidamos la familia, cuidamos a la sociedad.

LUCHA CONTRA LA POBREZA

Para el licenciado en Administración de Empresas del Instituto Tecnológico de Monterrey, la lucha en contra de la pobreza, contra el grave desequilibrio social que existe en el Estado, sobre todo en el área rural, será prioritaria.
– Mucho es lo que hay por hacer en nuestro campo, en las comunidades mayas, donde hace falta infraestructura carretera, servicios de salud y el desarrollo de la agricultura; hay que mecanizar las tierras de labranza como primer paso para rescatar de la pobreza a miles de quintanarroenses.
La cabecera municipal de Felipe Carrillo Puerto ha sido el eje de ya incontables recorridos por las comunidades mayas del centro del Estado. Sin embargo, sus viajes a la zona no iniciaron con esta campaña, sino desde que se desempeñara primero como Tesorero del Estado y luego como oficial mayor del mismo.
– Además de fomentar el desarrollo del campo, de apoyar la siembra todo el año de chile habanero y hortalizas de gran calidad para la exportación, como ya se hace con el picante, promoveremos inversiones para el aliento del llamado eco turismo, una actividad que en otros lugares de Quintana Roo ha generado una gran derrama.
El tema del rezago social, empero, no es privativo de las zonas rurales, pues en las periferias de las grandes ciudades turísticas se presenta también este fenómeno. Quizá en estos últimos lugares es donde la miseria se torne más ofensiva pues es fácil compararla con la riqueza de deja la llamada industria sin chimeneas.
– Además de la aplicación de programas sociales, que en algunos casos son en verdad urgentes, mi gobierno canalizará recursos para la expansión del sistema educativo estatal, el que habrá de combinarse con un programa que garantice el acceso de los egresados de las distintas carreras de las instancias públicas al mercado laboral turístico.
“Si creamos fuentes de trabajo para nuestros jóvenes egresados, apoyaríamos además decididamente el combate contra la delincuencia, al tiempo mismo que fortalecemos la unión familiar; debemos entender que todos los fenómenos sociales están estrechamente ligados”.
Casado en fecha reciente con Mariana Zorrilla, quien lo apoya activamente en su campaña, Roberto Borge Angulo se confiesa un “optimista de siempre”. Creo que podemos lograr un Quintana Roo mucho más justo y generoso para todos, que somos mucho más grandes que nuestros problemas y retos; el Estado, lo he dicho, es tierra de triunfadores.

Share.

About Author