Fragmento del texto crítico “Los aldabonazos de Ares”, escrito por Adelaida de Juan en abril de 2018
E l uso ahora reiterado del aldabón es en sí una imagen de doble arista para el contexto en que se emplea: la imagen del aldabón y el texto “toca madera”. Al hacer sonar el aldabón, es decir, el metal de que está construido, no estamos de hecho tocando la madera sobre la cual está el aldabón. Queremos que se abra esa puerta de madera y por eso hacemos sonar el aldabón de metal. Tocamos un mediador, y, al colocar los aldabones sobre imágenes bien diversas – simbólicas, religiosas, patrióticas–, el significado del gesto adquiere otras dimensiones. Las aldabas de Cristo, de Buda, son de metal, colocadas sobre madera pintada con acrílico, como también lo son las de las piezas de Martí y la bandera cubana. Estas últimas son las que, pienso, presentan una mayor complejidad en su lectura… Pienso que algunas piezas realizadas en 2017 son como un preámbulo a las otras que he comentado. “Santa Pasta” y “Sweet Dreams”, ambas de 2017, son muestras de otra temática y otra concepción. Ejemplos notables del acercamiento a una realidad acuciante, su efecto es inmediato y de rápida lectura. El aldabón es suplantado aquí por la herradura que trae suerte: el dibujo, como es habitual en Ares, es preciso y efectivo. Quisiera, por último, destacar una pieza del año en curso que quizás anuncie aún otra vuelta de la tuerca en esa temática. “Girasoles para la virgen” es el título de las pequeñas imágenes de la Caridad y el aldabón, debajo de los cuales se despliega el gran jarrón lleno de girasoles. La conjunción de las flores favoritas de Oshún/Virgen de la Caridad y su color dorado, que se extiende de los pétalos a la jarra que las sostiene, envuelve toda la escena. Esta se ve dominada por la versión referencial en la que los girasoles, su jarra y su tabla de sostén fueron originalmente pintados por Van Gogh hace más de un siglo en tierras europeas. Entonces, firmó “Vincent” en un costado del jarrón. Que el atormentado pintor holandés resurja en El Vedado para homenajear a Oshún es un toque final que nos ofrece Ares, señalando, segura estoy, nuevos caminos para transitar con pleno disfrute. *** Arístides Esteban Hernández Guerrero, ARES. La Habana, 1963 Arístides Esteban Hernández Guerrero, ARES (La Habana, Cuba, 1963). Artista de formación autodidacta. Doctor en Medicina, especialista en Psiquiatría. Actualmente, trabaja en Cuba como creador independiente realizando humor gráfico, ilustraciones, carteles y pintura. Ha publicado una veintena de libros en Cuba y el extranjero, ha ilustrado otro centenar y obtenido más de ciento cincuenta premios en eventos de carácter internacional, entre ellos el Grand Prix del World Press Cartoon y el Premio Ranan Lurie, de las Naciones Unidas. Ostenta la Distinción por la Cultura Nacional y el Premio Nacional de Humor. Obras suyas forman parte de colecciones privadas e institucionales en los cinco continentes