Nicolás Durán de la Sierra

Para el empresario restaurantero Paolo Cerávolo Viola, el Proyecto Cancún debe renovarse de manera integral, “no sólo el centro de la ciudad, como se pretende, sino renovarse en todos sus aspectos. Por principio, se tendrían que revisar las políticas públicas de desarrollo de la ciudad, las que resulta evidente no han sido ni son las adecuadas”.

Natural de Siderno Marina, Calabria, en donde se graduó como Administrador Hotelero hace cuarenta años, el acreditado empresario ha dictado charlas y conferencias en universidades locales en torno a la riqueza y riesgos de la actividad turística, tema del que es estudioso junto con otros varios empresarios de la ciudad “que estamos preocupados por lo que pasa”.

-Aunque hasta ahora sin respuesta –dice- hemos ofrecido asesoría sin costo a los gobiernos estatal y municipal, pero tal parece que a los gobernantes en turno –improvisados muchos de ellos en materia turística, aunque ocupen altos cargos- el análisis les es molesto; saben que se han cometido errores y muchos, pero temen enfrentarlos.

“Cancún fue un proyecto de gran éxito en todos aspecto; ni el más optimista de los políticos o de los empresarios esperaban un éxito tan rotundo del sitio. No olvidemos que el modelo de desarrollo de Cancún, incluso, fue objeto de estudio en todo el mundo, pero el desgaste del destino turístico, originado en parte por la imprevisión, cobró su factura en 35 años.

“El destino es todavía un proyecto de éxito, lo es todavía en estos momentos difíciles, pero no lo es ya en la medida que lo fuera hace apenas unos años. Después del impacto del Huracán Wilma en el 2005 pero mucho más luego de la afectación de la epidemia de influenza del 2009, el destino turístico comenzó a declinar como el gran imán de inversiones que era.

“Hoy los bienes inmobiliarios de Cancún no tienen, ni de lejos, el valor que tenían hasta hace poco –agrega- y no hablo tan sólo de los inmuebles que se ofertan en la zona hotelera, de  comercios y oficinas no hoteleras, como pueden ser las cada vez más desiertas plazas comerciales –algunas ya cerradas- sino de la oferta de la ciudad por entero”.

Según indica reciente estudio del Observatorio Urbano de la Universidad del Caribe, entre febrero del 2009 y marzo del 2010 cerraron cuando menos doscientos 60 negocios, en tanto que en ese mismo lapso la oferta de casas habitación en renta o venta aumentó de un siete a un 28 por ciento, lo que refleja una disminución sensible del flujo migratorio hacia la ciudad.

En ese mismo análisis se expone que después de la puesta en el mercado inmobiliario del Malecón Cancún, con todo y las serias acusaciones en su contra por violentar leyes ambientales, no se han dado proyectos de gran envergadura, las que sirven asimismo como detonantes promocionales para la atracción de otras inversiones al lugar.

 

LAS FALLIDAS POLÍTICAS PÚBLICAS

-Por principio, antes que diseñar nuevas políticas públicas que rijan la actividad turística –está visto en todos lados que dejar la economía en manos de las fuerzas del mercado es casi un suicidio-; antes de tales diseños, debemos aplicar las leyes y reglamentos que existen, como por ejemplo en Cancún el Plan Director de Desarrollo Urbano.

El empresario, quien ha trabajado en la industria hotelera de grandes centros turísticos mundiales, enfatiza que en este destino turístico, a contrapelo de todas las experiencias que se han vivido en otros países, la conservación del ambiente fue omitida por mucho tiempo o peor aún, fue ignorada por meros intereses económicos, por corrupción.

-Muchos empresarios locales y aún en otras ciudades de Quintana Roo, como sabemos todos –abunda-, han hecho grandes negocios con el gobierno, es decir, con funcionarios de alto rango que se han prestado, entre otras cosas, para pervertir el citado plan de desarrollo urbano, si no es que abiertamente pasando por encima del mismo.

“Esto, para desgracia nuestra, ha sido casi una constante en Cancún y ya es hora de acabar con esta práctica, pues nos va el futuro en juego. El empresario, por su propia naturaleza, es como un león que devora todo, pero para eso existe o, cuando menos, debiera existir el Estado que lo regula. Se trata de una suerte de equilibrio interno de la actividad turística.

“El problema o los problemas se presentan, como era de esperarse, cuando este necesario equilibrio se rompe. Cancún es una buena muestra de lo que sucede cuando se desequilibra la balanza, pero lo en verdad dramático es que parece que no sólo no hemos aprendido de los errores cometidos, sino que además estamos listos para cometerlos de nuevo.

-Suena muy agresivo este punto, es cierto, pero podemos ver cómo en otros lugares de la costa quintanarroense se están repitiendo los mismos errores que en Cancún; es como si no hubiéramos aprendido la lección, y hoy tenemos ya focos rojos de alerta en Puerto Morelos y Tulum, donde los ecosistemas están siendo seriamente dañados.

“El desgaste severo de Cancún no se dio solamente por la masiva inmigración de los primeros años, que fue parte medular del problema, sino también por la total falta de respeto a la naturaleza que mostraron los últimos gobiernos municipales, sin que ello mengue ni un ápice la falta de responsabilidad que se le pueda atribuir al poder estatal.

-Quizá por mis opiniones –bromea- es que el gobierno no me invita a dar charlas. Las nuevas políticas que emprenda el gobierno que recién empieza, desde mi punto de vista deben estar enfocadas de manera prioritaria a la conservación de la naturaleza, del ambiente, y más aún, a fomentar de manera decidida al llamado turismo ecológico.

“Este tipo de turismo, tan de moda ahora en otros países sobre todo africanos, es de un muy alto poder adquisitivo y atraerlo traería resultados benéficos para todos, pero primero debemos conservar –rescatar en algunos casos- lo que tenemos. Estamos muy a tiempo de reorientar el desarrollo de Puerto Morelos y Tulum, que son los sitios que repuntan más.

“En estos dos lugares, por sus dimensiones, bien se podría dar impulso también al turismo cultural, una modalidad de la industria que le diga al visitante que está en México, que estas son sus tradiciones, es decir, dar a las plazas identidad propia y nacional, sobre todo estando como estamos en una zona con una gran riqueza histórica como la maya.

“La explotación de este tipo de turismo, el cultural, que se practica con éxito en todos los continentes, sacó adelante a naciones como Italia y España, que luego de los daños dejados por las guerras mundiales, estaban en desastrosa quiebra. Hoy, como es sabido, los dos países se ubican entre las principales capitales turísticas mundiales”.

 

LA CONCIENCIA TURÍSTICA

-Como dije, Cancún aún es un proyecto exitoso en materia turística aunque ya haya pasado su mejor momento, pero para que lo continúe siendo es preciso, urgente diría, que se renueve en todos sus aspectos. Se debe reorientar la actividad turística para que de nueva cuenta sea detonante del desarrollo social. El futuro depende en gran medida de la participación de todos.

“Para emprender el camino que tenemos delante para salir a adelante es necesaria la participación de la comunidad pues se trata de explotar segmentos turísticos poco atendidos, como lo son el ecológico y el cultural, dos conceptos, por otra parte, que van de la mano. El común denominador de ambos es la conciencia turística.

Tenemos nuevos gobiernos tanto en los municipios como en el Estado y esto significa que tenemos, siendo positivos, nuevas posibilidades de reencaminar la actividad turística y hacerla mucho más rentable de lo que ahora es, aunque para esto se requiere, válgaseme el uso del lugar común, de voluntad política del poder público.

Por el discurso de Roberto Borge, el nuevo gobernador, creo que la hay. Él sabe bien que la Secretaría de Turismo es estratégica para el desarrollo de la entidad, por lo que debe canalizar más recursos financieros y humanos para mejorarla. No se trata de más diner para la publicidad, sino de un nuevo enfoque de la misma hacia los segmentos social y ecológico.

-A los empresarios turísticos –concluye- la juventud del gobernador Roberto Borge nos hace esperar si no milagros, sí por lo menos una visión fresca para abordar los problemas de  la actividad. Necesitamos, repito, de una estrategia integral para reactivar, por principio, a Cancún, pero también para dar un nuevo cauce al turismo estatal.

 

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