Cultura Colectiva
«(…) es por el ánimo místico de los espectadores, que en las penumbras construyen una religión sui géneris que trasfigura a sus adeptos y los provee de vislumbramientos celestiales».
Carlos Monsiváis
La industria cinematográfica de México cuenta con una gran cantidad cintas emblemáticas, reconocidas a nivel mundial; ha logrado ser referente cultural por generaciones y muchas veces ha contribuido a «construir una comunidad nacional imaginaria»; sin embargo, su periodo más prolífico de esta disciplina artística en nuestro país, abarca los años de entre 1936 a 1957, y es nombrado como la época de oro del cine mexicano.
Las películas producidas durante esos años no sólo recibieron críticas positivas dentro del territorio nacional, también fueron aclamadas en el extranjero y recibieron números premios internacionales de gran prestigio. Por estas razones, todo cinéfilo que se precie de serlo debe conocer las cintas imperdibles de aquel periodo.
10. Ahí está el detalle (1940) — Juan Bustillo Oro
Protagonizada por el mimo de México Mario Moreno «Cantinflas», la entrañable Sara García y el gran Joaquín Pardavé; es una comedia de enredos considerada por la crítica como la mejor en la filmografía del cómico y ocupa el décimo lugar entre las «100 mejores películas mexicanas de todos los tiempos», editada por la revista SOMOS.
«La confusión entre el perro ‘Bobby’ y un gángster del mismo nombre desencadena una serie de enredos entre un celoso marido, su nerviosa esposa, una pícara criada, una esposa abandonada con ocho hijos y el singular Cantinflas».
9. Una familia de tantas (1948) — Alejandro Galindo
Un melodrama que habla del deseo de una joven quinceañera por quebrantar las tradicionalistas normas de su familia. Retrata el punto de quiebre entre el núcleo familiar y las «voluntades irreconciliables», y se convirtió en uno de los mejores retratos cinematográficos de la sociedad mexicana, que continua vigente hasta nuestros días.
Protagonizada por Fernando Soler, Martha Roth y David Silva; fue ganadora de cinco premios Ariel de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de México en 1950, incluyendo «Mejor Película».
8. Allá en el Rancho Grande (1936) — Fernando de Fuentes
Cuenta con la dirección de Fernando de Fuentes, la fotografía de Gabriel Figueroa y en las actuaciones principales Tito Guízar, René Cardona y Esther Fernández. El gran mérito de esta cinta es lograr posicionar al cine mexicano en el panorama internacional, fue de los primeros éxitos comerciales en el extranjero y el más grande para el director; posee muchos toques de humor, una caracterización condescendiente y folclórica de la imagen mexicana, y logra ser exhibida con subtítulos en Estados Unidos.
La cinta ganadora del premio a Mejor Fotografía en el festival internacional de Venecia presenta la historia de «la amistad entre el hacendado Felipe y su caporal Martín se ve amenazada por una serie de enredos y malentendidos alrededor de la virginidad de Crucita, una joven campesina de la que Martín está enamorado. Las equivocaciones se van resolviendo entre coplas, bailes y canciones».
7. Nosotros los pobres (1947) — Ismael Rodríguez
Un melodrama escrito y dirigido por Ismael Rodríguez, se convirtió en la película más taquillera de su época y es considerada uno de los máximos referentes culturales de México; ha inmortalizado en el consciente colectivo a su protagonista Pepe «El Toro», interpretado por Pedro Infante. «Es un nefando producto populachero y todo lo contrario al mismo tiempo. Existe como una piedra de toque del cine mexicano, como un objeto maravillosamente monstruoso, como un sujeto independiente. Tiene mayor fuerza y vida que todo el cine del año realizado en su conjunto», Ayala Blanco, J (1985).
La cinta fue protagonizada por el icono del cine nacional Pedro Infante, Blanca Estela Pavón y Evita Muñoz «Chachita», además de un gran ensamble. Se encuentra en el lugar 27 de las «100 mejores películas mexicanas de todos los tiempos», editada por la revista SOMOS; en su banda sonora incluye la clásica canción «Amorcito, corazón».
6. María Candelaria (1943) — Emilio Fernández
Un drama dirigido por «El Indio» Fernández, y cuenta con la fotografía del emblemático Gabriel Figueroa. Se desarrolla en el año de 1909, en el que María Candelaria, interpretada por la gran estrella Dolores del Río, es despreciada por la gente de su comunidad debido a la prostitución de su madre; aún con el estigma social Lorenzo Rafael, a cargo de una de las figuras principales de la época, Pedro Armendáriz, desea casarse con ella; para lograr concretar su amor deberán enfrentarse a muchas adversidades.
La cinta fue ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 1946, en ese mismo evento se le otorgó el reconocimiento de Mejor Cinematografía a Gabriel Figueroa.
5. Enamorada (1946) — Emilio Fernández
La película fue nominada a la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 1947, Gabriel Figueroa volvió a llevarse el premio a Mejor Cinematografía que ya había ganado un año antes y también recibió el premio a «Mejor Fotografía» en el festival de Bruselas, Bélgica, en 1947. Galardonada en los premios Ariel, incluyendo Mejor Película, Mejor Actuación Masculina, Mejor Actuación Femenina, Mejor Dirección y Mejor Fotografía.
4. Él (1952) — Luis Buñuel
Arturo de Córdoba y Delia Garcés interpretan el drama psicológico escrito y dirigido por el multipremiado Luis Buñuel, quien con su visión única construyó «El retrato de la descomposición emocional de un hombre», turbado por los incontenibles celos, la paranoia y la necesidad de sostener su imagen perfecta ante la sociedad. Todo es presentado con toques de humor negro y Buñuel comentó en su momento: «Quizá es la película donde más me he puesto. Hay algo de mí en el protagonista». Aunque en su época no fue muy bien recibida por el público, se ha convertido en una de las cintas más representativas del cineastas, gracias a su brillante discurso, impecables actuaciones y su escenografía al estilo Art Nouveau.
Él es una elegante obra cinematográfica, y recibió el Premio de la Federación Internacional de Archivos del Film.
3. Aventurera (1949) — Alberto Gout
Es considerada la máxima obra del cine de rumberas, fue la décimo cuarta película del director Alberto Gout; y es protagonizada por Ninón Sevilla, Tito Junco y Andrea Palma, ésta última fue la protagoniza de la segunda película sonora de México La mujer del puerto, pieza clave del cine nacional. Aventurera es una obra que transgredió los valores convencionales de la sociedad de finales de los 40; se trata de una historia subversiva que se niega a condescender a las moralejas tradicionales. La película cautivó a la crítica y especialmente a los conocedores del cine francés. Ocupa el número cuatro entre las «100 mejores películas mexicanas de todos los tiempos», editada por la revista SOMOS.
«La tranquila vida de la joven Elena cambia radicalmente cuando su madre se fuga con su amante, provocando el suicidio de su padre. Sola y sin recursos, la joven emigra a Ciudad Juárez donde busca trabajo sin éxito. Al borde del hambre Elena acepta trabajar con Lucio sin sospechar que su oferta es una trampa para prostituirla. La joven termina bailando en el cabaret de Rosaura, una mujer que lleva una doble vida».
2. Los Olvidados (1950) — Luis Buñuel
Un drama social escrito y dirigido por Luis Buñuel, quien dedicó muchos meses a investigar el contexto de los niños de la calle en la Ciudad de México, y creó una obra cinematográfica que retrata de manera cruda, las fatales vidas que envuelve la cruel urbe. Es considerada una obra maestra del cineasta y del panorama fílmico de Iberoamérica; además de ser nombrada Memoria del Mundo por la UNESCO.
El largometraje tiene una corriente neorrealista con lo clásicos toques de surrealismo que identifican a Buñuel. Es considerada una de las 100 mejores películas de la historia mundial, recibió 11 premios Ariel incluyendo uno a la Mejor Película; en el Festival Internacional de Cannes de 1951 obtuvo el premio a Mejor Dirección; además de ser reconocida en 10 festivales internacionales más.
Los olvidados cuenta la historia de «El Jaibo, un adolescente, escapa de la correccional y se reúne en el barrio con sus amigos. Junto con Pedro y otro niño, trata de asaltar a Don Carmelo. Días después, el Jaibo mata en presencia de Pedro al muchacho que supuestamente tuvo la culpa de que lo enviaran a la correccional. A partir de este incidente, los destinos de Pedro y de El Jaibo estarán trágicamente unidos».
1. Vámonos con Pancho Villa (1935) — Fernando de Fuentes
Película dirigida por Fernando de Fuentes que se desarrolla durante la revolución mexicana: un grupo de valientes campesinos, conocidos como los «Leones de San Pablo» se unen al ejército de Pancho Villa. Después de algunas batallas, con más derrotas que victorias, el grupo original es reducido a dos: Tiburcio Maya y el joven «Becerrillo». Una epidemia de viruela se desata entre la tropa y «Becerrillo» cae enfermo. Villa ordena a Tiburcio matar al joven e incinerar su cuerpo. Desencantado, Tiburcio abandona la revolución y regresa a su pueblo.
Un drama ambientado en la época revolucionaria, considerado un clásico del cine nacional y una crítica a la guerra, el costo de producción se elevó a más de un millón de pesos, siendo una real fortuna para ese tiempo; se trató de una cinta que logró desmitificar la figura de Pancho Villa, el crítico Carl Mora comentó que es «la última película mexicana que trató honestamente el pasado reciente del país». Es considerada la primera superproducción del cine nacional y marca el inicio de la época de oro para la industria, también es una obra que rompió con la imagen oficialista de la Historia que había sido establecida. Contó con las actuaciones principales de Antonio R. Frausto, Domingo Soler, Manuel Tamés y Ramón Vallarino; en 1994 fue colocada en el número uno de las «100 mejores películas mexicanas de todos los tiempos».
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