Por: Nicolás Durán de la Sierra.
Hace unos días, en la sede del poder legislativo allá en el Palacio de San Lázaro de la Ciudad de México, se discutió el paquete de ingresos del 2016 y entre otros puntos, se tocó el tema de volver el IVA de las fronteras del 16 al once ciento, como estaba antes de las lindezas de don Enrique Peña. Se alegó que su cobro no había favorecido la recaudación, pero sí que afectó y afecta a un amplio segmento de la población, a los fregados de siempre.
La postura en pro de bajar el impuesto fue liderada por las diputaciones del PAN y de Morena, pero como era de esperarse la banda de diputados del PRI, del Partido Verde y los del PANAL los mayoritearon y el impuesto seguirá como hasta hoy. Para los neófitos se anota que este último instituto político es algo así como la rémora de los partidos ‘satélite’, pero sus diputados también cobran, así que no hay que ningunearlos.
En fin, nada nuevo. La mayoría diputadil, que no sabe ni jota de economía, acataron a su jefe Luis Videgaray, exconvicto de honor del Instituto Tecnológico de México que atiende como titular de Hacienda, y ganaron haberes extras a su ya generosa dieta mensual. Por cierto, dicen los del Colegio de México que Videgaray tampoco sabe ni jota de economía y cobra como si supiera, pero no hay que dar crédito a crápulas intelectuales.
La del ColMex es una pandilla de académicos, muchos de ellos hasta maestros de la UNAM, “nido de comunistas, pirujas y pillos”, cual la tildara el rumiante diputado panista Federico Doring, por lo que es un yerro tomarla en serio. Seguro que es de las voces de este ‘colegio patito’ que los publicistas de Peña Nieto se inspiraron para idear la frase “ya chole con tus quejas” que tan buenos resultados le dio al mandatario.
Empero, el zipizape no sería atractivo al lector, le sabría a más de lo mismo si no se le añade el sabor local, ese que hace que lo lejano parezca próximo. En contra de la reducción del impuesto votaron los diputados priistas Arlet Mólgora, quien pretende la alcaldía de Othón P. Blanco, Chetumal, y don José Luis Toledo Medina, ‘Chanito’, quien sueña con el gobierno del Estado, que tan buenos ingresos genera, dicho sea de paso.
En el mismo sentido votaron los de la ‘banda timbiriche’, del Partido Verde:Remberto ‘el remby’ Estrada Barba, que ya hace ni más ni menos que alcalde de Cancún por obra y gracia del talento negociador de don Jorge Emilio González, (a) “El Niño Verde”, y Paloma Canales Suarez, diputada plurinominal desconocida en el Estado, pero muy querida en Televisa donde, de vez en vez, la dejan salir en la pantalla chica.
Bien podría iniciar el párrafo con el consabido “el lector no está para saberlo ni El Escriba para contarlo”, pero se dice que la experiencia de la interfeita en asuntos de cama… Mas ello no sólo es idiotez, pues la premisa lleva una doble negación, sino además el dicho lugar común resulta majadero, es decir, propio de la majada y al que esto escribe no le gustan la majadas, ni aunque estén muy limpias.
Además, lo que la susodicha haga o no con su sexualidad es asunto de ella y, tras ver su fotografía, por desgracia uno no tiene que ver con tan apetitoso capítulo privado. Con justicia, algo se debe reconocer al partido verde: sus asociadas están bien plantadas, tienen garbo y carne firme y, de vez en cuando, hasta sale una capaz de hilvanar frases largas. El PRI debiera seguir su ejemplo, porque eso de salir con Carmel Salinas…
La partner de ‘el remby’, a quien le disgusta sobremanera que le digan burro calabacero en alusión a su dentadura –se suplica no aplicarle el remoquete-; la dicha Paloma además de ser fauna de Televisa fue también titular verde de la Unidad de Enlace de la Cofetel. Como su master el ‘Niño Verde’, vive en la capital del país. Su biografía no autorizada indica que ama a Quintana Roo y que le gustan las enchiladas potosinas.
Más de algún afín a esta columna espera que, dado que se abrió la generosa veta de la ‘biografía no autorizada’ de la starlet de Televisa, se tejan quimeras en las próximos párrafos y acaso algunos con tono lúbrico, pero ello no ocurrirá. Primero porque tal no es tarea del Escriba y, segundo, porque es harto difícil superar en esas lides al francés Marcel Schwob, autor de Vidas imaginarias y Féminies, ambas de 1896.
Tocado el tema literario, se avisa que entró en circulación el poemario La soledad se hizo relámpago, de Agustín Labrada, que corresponde a la Edición 28 de los Cuadernos de la Gaceta del Pensamiento y se incluye en la edición 33 de ésta misma. Con los poemas de la plaquette el autor obtuvo en 1987, el prestigioso Premio de la Ciudad de Holguín, en Cuba, cuando tenía apenas 23 años.
Se trata, como es propio, de poesía joven: “Varna…/ Bailé con tus muchachas/ el rock de los jardines/ y amaneciendo/ junto a tus pequeños en la bahía, /felices igual que papalotes en domingo/ llenamos de barcos las canciones”, dice en uno de sus poemas. Se adivina al poeta en embrión, al que hace poco ganara, con Saxofoneando, el I Premio Internacional de Poesía Municipalidad de La Arena 2015, en Perú.
Pero volvamos al asunto del IVA fronterizo, donde también se lució el disque maestro Alexander Zetina Aguiluz, diputado del Partido Nueva Alianza, y terror del magisterio en Chetumal y puntos colindantes. Él, vecino de Chetumal, pese a que sabe lo que dañó a la economía local el aumento del impuesto, se unió a la pandilla del PRI. Bien decía el finado Raciel Román Valerio que el peor enemigo del Panal son los propios maestros.
¡Qué calamidad con esta alevosa muchachada, que no’más hace puros estropicios! –dirían las abuelas, que como se sabe son condescendientes, porque en lo que toca a la comunidad, ésta no los baja de traidores, de desleales al interés del Estado, y amaga con que “ya verán cómo les va en las elecciones”. Total, que los tienen como el producto más acabado e infecto –ole- de la bellaquería del pueblo.
Aquí, con moderación, se enfatiza que tildarlos de traidores es exceso, que no es para tanto. Se trata de jóvenes promesas del gang priista o del verde que antes que por el bienestar de la comunidad, velan por sus intereses o lo que creen que son sus intereses, o hasta por los intereses que les han dicho sus jefes que son sus intereses -el talento no se da en maceta-, pues hay tipos como Manlio Fabio Beltrones que son muy zorros.
Así pues, llamarlos traidores resulta excesivo. Dejémoslos tan sólo como perjuros que no ven más allá de sus narices y no tienen criterio propio; vamos, si se quiere se les puede llamar malandrines, pero hasta allí, que ir más allá rebasa los límites del decoro, cual dijera Manuel Antonio Carreño, en su Manual de urbanidad y buenas maneras. Además, como alegaban los oficiales nazis en Núremberg, ellos sólo cumplen órdenes.
Entre tanto, los dichos diputados, que de seguro ya tienen previstas las críticas de sus paisanos, están serenos. De lo que pueden acusarles es de lo mismo que a su vez acusaron a don Raymundo King, Román Quian y a Lízbeth Gamboa, los que en su momento tampoco avalaron la reducción del IVA. Todos gozan hoy de salud bancaria y el primero hasta preside el PRI estatal; lo de su precandidatura es pura vacilada.
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