El Minotauro
Nicolás Durán de la Sierra
Con ardides electoreros, que hay que hacerse de votos como sea, la diputada panista Eugenia Solís aplazará para luego del próximo proceso electivo la exposición del proyecto de Ley de Protección y Bienestar Animal ante el pleno legislativo, pues en pos de su relección se le ocurrió hacer ‘foros de consulta ciudadana’ para lucirse ante el respetable y respaldar su causa.
No está de más señalar que el proyecto de ley ya pasó por el análisis público y que hasta la propia diputada lo ensalzó y señaló que este nuevo marco legal no tan sólo protegería a los animales, sino también abonaría a la mejora de una sociedad como la nuestra que, con sus muchos ejecutados diarios, es cada vez más cruel y brutal consigo misma.
Existe información científica que nos muestra que las conductas patológicas de los adultos comenzaron en la niñez con crueldad hacia los animales, unas veces por imitación y otras por malicia. Cierta vez Mahatma Gandhi expresó que “la grandeza moral de un país se medía por su trato hacia los animales y por lo que se ve, no hemos podido mostrar mucha grandeza.
Los foros no se precisan pues la iniciativa tiene el aval de miles de firmas de todo el Estado y ello se debe en gran parte a la labor de “Por un Mejor Quintana Roo”, la asociación presidida por Flor Tapia Pastrana. Cabe subrayar que el proyecto ha sido frenado varias veces por presiones tanto de galleros como de empresarios taurinos, y claro, por la abulia de los diputados.
Es necesario concientizar a las nuevas generaciones, las que por desgracia están habituadas a la violencia, respecto de que el abuso hacia los animales o a otros seres desprotegidos, que es el paso que sigue y el que por desgracia se ilustra con el abuso escolar. Proteger el bienestar animal equivale a proteger nuestro propio bienestar como seres humanos.
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