Por: Nicolás Durán de la Sierra

Tanto porque el lector no está para saberlo, ni el relator para contarlo, además de que una cosa es el periodismo serio y otra distinta el vulgar chismorreo, El Escriba sólo dará ligera glosa en torno de cómo fue que terminó en empate técnico el concurso de fabadas entre El Minotauro y Benito Taibo y de cómo ambos, con gala de hidalguía, acordaron una nueva lid cocinera, pero ahora en un escenario imparcial.
Sucede que a ninguno de los competidores contempló, ni por un momento, que Creta entera se volcaría en favor de su Héroe y que, con arrojo chauvinista, algún crápula mojaría la leña del fogón del menor de los Taibo o que la bella Marilyn Calipigia, retando con su desnudez al sol del Mediterráneo, se asumiera como ayudante del escritor al son de “Papacito, eres la respuesta a mi Electra…”
Aquel que suponga que tal frase es impropia de Marilyn, está en un error. Cierto que la sílfide cubana no ha leído las tragedias de Sófocles e ignora quién fue el poeta, pero sabe bien de qué va el Complejo de Electra, puesto que Ariadna, la matrona del dédalo, al inicio del singular flirt de la joven con el Héroe, le dijo que lo padecía “¿Hija mía –la interrogó- qué puedes hacer con un vejete de siete mil años?
Aunque la pregunta era retórica, claro, pues ella sabía de las capacidades eróticas del entonces su nuevo amante, quiso satisfacer su curiosidad y le contó el incidente. “Lo sufren las mujeres que se enamoran de su padre o de su imagen –le dijo mientras se acariciaba un asta – y yo no me parezco al tuyo, en realidad a ningún hombre; por tanto, no puedes tener ese tan molesto complejo que denigra a los “rabo verde”.
En más de una ocasión Asterión se ha recriminado el no haber finalizado la instrucción básica en psicoanálisis de sus pupilos Carl Jung y Sigmund Freud, pero lidiar con teutones no ha sido su fortaleza. “Entendieron todo a medias, se dice, y ahora la pigmea humanidad los tiene como dioses. No era Electra la del problema, sino Clitemnestra, quien era una verdadera asesina….
“Urdir en el fino tejido del alma humana no es labor para germanos, que por eso se les llama así –sigue el soliloquio-; véase el caso del absurdo de Fausto y Margarita. El personaje se fue con todas las fintas de Mefistófeles, por lo que su saber era poco. De haber sido griego, lo primero que habría hecho el personaje de Goethe era seducir sin más a la joven, que de ingenua no tenía nada, pues en el pueblo…”
Sin duda que las cavilaciones del de Creta son debatibles y que esta obra tiene un irrefutable peso en Occidente, pero ir por tal vía nos alejaría más todavía del tema de la columna, que es el de dar pormenores de la nueva justa culinaria, que ahora irá a la milenaria Sevilla, a una taberna nacida en el Siglo XIV. En tanto llegamos allí, que está lejos, ventilaremos un asunto que también tiene miga, aunque no tanto sabor.
Con la liberación en curso de poco más de una decena de ordenes de aprehensión contra funcionarios del sexenio de Roberto Borge y la reapertura del juicio político contra Juan Pablo Guillermo Molina, el exsecretario de fianzas, comienza a cerrarse la pinza que busca llevar a juicio y luego a prisión al ex mandatario estatal, el principal autor y beneficiario del saqueo de las arcas Quintana Roo.
Las órdenes judiciales, las más de ellas por peculado, y el proceso legislativo en marcha, se dan después de que una división especializada en manejos con recursos Ilícitos de la PGR incautara terrenos vendidos muy por debajo de su precio a prestanombres y socios de Borge Angulo. Se recuperaron, dice el parte oficial, cientos de hectáreas en la zona costera estatal que de nuevo son parte del patrimonio estatal.
Como se dijo, la pinza legal en torno al exgobernador se está cerrando y no sólo en estas áreas, ya que también ha iniciado pesquisas la federal Secretaria de Hacienda, a la que también se defraudaron muchos millones de pesos. Borge Angulo “no tenía llenadero”, dice la voz popular, aquella que agrega que se está alisando el camino por el que pronto se le va a encarcelar. De entrada ya le pegaron en el bolsillo.
Con tales acciones, lejos de las declaraciones habituales, el gobernador Carlos Joaquín González comienza a enseñar la dureza necesaria para rescatar a Quintana Roo, rudeza de la que hace alarde en la trabajada fotografía oficial, en la que enseña solamente un puño cerrado. Ningún mandatario envía este tipo de señales por accidente. El mensaje político de la fotografía es muy claro.
Hemos de regresar a la miga de esta salerosa columna, la que de nuevo asombrará a más de un lector. La liza culinaria entre el Héroe y Benito, como se dijera, se efectuará en una taberna nacida en la Edad Media. Se trata de “Las Escobas”, un expendio de espartería* al que su dueño, un tal Federico ‘el cojo’, en 1386, “decidió sumar a su comercio el despacho de vinos, comenzando así su labor como taberna”.
Se trata de la que quizá sea la taberna aún abierta más añeja de España y acaso de Europa, la casa que por más siglos se ha dedicado sin interrupción al comercio de vinos y licores, aunque estos negocios sean más antiguos, como lo muestra In taverna quando summus (“cuando estamos en la taberna”) canto parte de la colección Carmina Burana, la que popularizara Carl Orff.
Según don Víctor Soriano, dueño de ‘Las Escobas’ desde 1971 luego de comprar el sitio de ‘Los Linares’, famosa firma anticuaria de Sevilla, que a su vez lo habían adquirido años antes de los herederos del dicho Federico; bueno, pues dice el propietario que algunas fuentes históricas apuntan a que allí se bebía sus buenos vinos nada menos que don Miguel de Cervantes Saavedra, entre otros escritores notables.
Si bien no hay constancia escrita de su visita, sí que lo es el hecho de que “era hábito que las personas importantes acudieran a la que era la taberna más famosa de la ciudad”, asegura el de “Las Escobas”, quien comenta que el “manco de Lepanto” llegó a Sevilla a fines de1587 como «comisario real de abastos, de cereales y aceites”, instalándose a unas pocas calles del establecimiento, en la hoy calle Álvarez Quintero.
Metido en el asunto de los ilustres visitantes o, mejor, de los notables asiduos al expendio de vinos, el tabernero dice que se da por sentado el que allí saciaron su sed desde Lope de Vega, Dumas y Byron, hasta Colón y los Pinzones. “No es nada raro pues ‘Las Escobas’ está ubicada a pocos pasos de la gran Catedral de Sevilla, visita obligada de todos en los tiempos en que la Santa Inquisición tenía vara alta.
Cabe señalar que al escribir “los Pinzones” se busca dar un giro coloquial al texto tras de la parrafada del lenguaraz tabernero andaluz, quien por añadidura se anota un acierto al agregar que, en todo caso, para el nuevo visitante o para el curtido parroquiano es mejor imaginar que allí bebieron tan ilustres escritores, que conformarse con ser vecinos de copa de cualquier Mauricio Góngora.
¡Ole…! Sin querer, El Escriba se fue de nuevo a espacios rupestres, aunque caribeños. Aprovechando el desliz, bueno es que el lector sepa que la pasada visita a Cancún de Miguel Ángel Osorio Chong, el titular de Gobernación, tuvo más que ver con sus aspiraciones presidenciales que con sus afanes justicieros contra los violentos cárteles del narcotráfico que se han asentado en el norte de Quintana Roo.
Sus sesudos señalamientos: “los tenemos identificados” y “sabemos quiénes son y dónde están ubicados”, dan la pauta al escucha avezado. De ser real que ya tiene pelos y señales de los mafiosos, mejor que decirlo sería el apresarlos, pues la imagen turística de Cancún y Playa del Carmen está en serio riesgo, como él reconoce. ¿Si ya sabían quiénes eran, por qué no los aprehendieron antes de la escalada de violencia?
Muchas son las interrogantes que dejó la visita del jefe de Gobernación, pero como el periodismo no está para abonar al terreno de las dudas, sino al de las certezas, como dijera don Alejandro Avilés, gran poeta por años director de la Escuela Carlos Septién García; con base en esto, volvamos al trote a la Sevilla de Colón y los hermanos Pinzones: Martín Alonso, Vicente Yáñez Pinzón y Francisco Martín Pinzón.
Mas hete aquí que, por andar en perifollos, se acortó en demasía la ruta de la columna, por lo que será hasta la próxima entrega que se de mayor glosa tanto del concurso de fabadas, de la histórica taberna “Las Escobas” como de la singular estampa de Marilyn Calipigia y Ariadna vestidas de andaluzas y de como el Señor del Mediterráneo se entretuvo en desnudarlas al son de las coplas flamencas.

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