El Minotauro
Nicolás Durán de la Sierra
El alza en el costo del transporte público de Cancún y de todo el Estado es un hecho; la “consulta” realizada al respecto hace unos días y de la que pocos se enteraron, fue maquillaje para azucarar una decisión ya tomada: el aumento tarifario; lo que ahora resta es saber de cuánto y cuándo se dará el impacto al bolsillo de la comunidad. El resto es puro confeti de palabras.
No obstante, tal confeti muestra más de lo que a simple vista parece. Según el instituto de movilidad, el que rige este servicio, el 82% de los consultados dieron el sí al alza tarifaria a cambio de la mejora del servicio, esto es, si las empresas del sector deciden cumplir por fin con una de sus obligaciones, el dar buen servicio, además de contar con un parque vehicular en buen estado.
Tales empresas, que suman al oficial Transporte Terrestre Estatal, el más peligroso y de peor calidad, en cualquier ciudad del país con una civilidad media por ley deben cumplir con lo que aquí ofrecen como un regalo que además hay que agradecer; en tales ciudades quienes dirigen este estratégico servicio lejos están de parecer empleados de los concesionarios del transporte.
Basta con ver los tenebrosos antecedentes en Yucatán de Rafael Hernández Kotasek, el director de movilidad estatal de Quintana Roo, para notar la orientación del funcionario y de la encuesta.
En este contexto destaca la voz de Ana Patricia Peralta, edil de Cancún, quien dijo que “hay planes de trasladar la facultad de normar el transporte público al gobierno estatal” No se hablará del yerro de alterar la estructura comunal, sino de algo más simple: si el municipio cada vez pierde más facultades ¿para qué, entonces, sirve el municipio? ¿Es sólo una lucrativa gerencia?
Eso sí, pudorosa y casi a contrapelo de lo dicho, señaló que evalúa el resultado de la encuesta del instituto de movilidad (el del quimérico 82% a favor del alza), y que “no por fuerza se incrementarán las tarifas”. El gesto dice algo así como: quiero trasladar las facultades de normar el transporte al Estado, pero no tanto-tanto ni de golpe; mejor, poquito a poco.
Lo dicho: se viene el alza al transporte público y hasta donde se sabe, será más drástica en Chetumal. Hoy por hoy lo que resta es saber el monto y la fecha del golpe al bolsillo. Como siempre, lo sufrirán más los millares de empleados y estudiantes que diario tienen que utilizar el servicio, y es previsible que poco después aumente el costo del pasaje de los taxis. Es cuestión de tiempo.