Angélica Díaz Ceballos
Verónica o “Veruga”, como la conocemos en el mundo artístico, nos provoca con su obra largos momentos de contemplación y reflexión, debido a la diversidad interpretativa de la mujer: su tema principal. Ella retrata las diversas estancias, situaciones, emociones, sentires y pesares que atraviesa la mujer en las etapas de la vida las representa, a veces, como las estaciones del tiempo o como las estancias del aprendizaje en este largo caminar que es “estar viva”. La pintora atrapa momentos dolorosos en la metamorfosis que implican el crecimiento y el cambio de perspectiva y de propósitos que, con el tiempo, tiene la vida femenina, desde la adolescencia, el amor, la maternidad, el oficio y la identidad hasta la vejez.
Con su obra “Nido vacío” transmite la soledad y el pesar que viven las madres cuando los hijos se van; en “Calidez otoñal”, la sensualidad de la mujer madura y plena. La obra de ‘Veruga’ toca, de manera muy singular, el surrealismo logrando metáforas visuales de gran complejidad y de dura crítica, traspasa la línea del tiempo y la cordura rompiendo cartabones establecidos por una sociedad que la limita y abruma.
En su serie “Mujer-objeto”, hace una crítica a las mujeres que se prestan a situaciones humillantes y a las mujeres que las observan sin reaccionar. Ella trabaja arduamente en su crecimiento personal. Su estilo es, en ocasiones, híper realista como cuando pinta retratos; otras veces es abstracto o figurativo, y ello nos permite conocer la profundidad de su pensamiento, manifestado en los horizontes, lugares y situaciones que crea su imaginación y las circunstancias de sus personajes, que reflejan las emociones de la autora, a pesar de que los trazos estén en aparente contradicción.
El rico colorido de la obra, la plasticidad del óleo sobre tela, papel, cartón o madera; el equilibrio en la composición; el manejo del claroscuro y los planos visuales nos hablan de una artista que cuida la técnica, el impacto visual y la armonía. Los elementos que usa constantemente son flores, árboles, hojas que caen, la luna: elementos, en su mayoría, femeninos. ‘Veruga’ es defensora de los derechos de las mujeres, se ha pronunciado en diversas ocasiones en favor de la igualdad de género. En su opinión: “El trabajo artístico de las mujeres es visto como un trabajo de manualidades más que como un trabajo de profesionales” y sabe que las cosas no se tiran, las emociones no se desechan y el trabajo se respeta.
La pintora enfrentó recientemente la ignorancia y la falta de criterio de las personas que decidieron borrar el mural de su creación “El regalo de las musas”, pintado al fresco en el Teatro de la Ciudad de Playa del Carmen, Quintana Roo. Con su tenacidad y su argumentación, consiguió que la comunidad artística de Quintana Roo se manifestara en favor de la restauración no sólo de la obra, sino también de la dignidad del trabajo de los artistas que residen y dan forma e identidad a este destino turístico.
Durante dos meses, trabajando ocho horas diarias en un andamio a tres metros de altura, la pintora y otros colegas lograron la magia de la restauración de la obra, lo que nos habla de su gran pasión por recuperar el lugar de la mujer en la sociedad y los valores en los que descansa la humanidad. ‘Veruga’ es licenciada en Diseño de la
Comunicación Gráfica por la Universidad Autónoma Metropolitana. En sus inicios como diseñadora trabajó en la ilustración para Warner Bros en obras como La historia sin fin, Súper chica, Los gremlins, entre otras. Posteriormente, retrata estampas mexicanas de gente y sus costumbres, y participa en veintiséis exposiciones colectivas en Oaxaca, Baja California y Colima.
Ha sido profesora de Arte, Diseño y Animación, en diferentes instalaciones educativas, en Ensenada, Manzanillo, Distrito Federal, Oaxaca y Quintana Roo, sitios donde ha participado en innumerables exposiciones colectivas. También ha recibido múltiples reconocimientos de diversas instituciones, museos, asociaciones, fundaciones y escuelas donde ha expuesto y realizado talleres.
El tres de noviembre de 2017, se inauguró la galería del restaurante Eva, en Playa del Carmen, con la exposición de veintidós cuadros de la autora.
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