El Minotauro

Nicolás Durán de la Sierra

Hace unos pocos días, la periodista Sandra Romero, al referirse a los embates de la epidemia en el Estado y al descuido de muchos para proteger su propia salud, dijo que este caso no es de “sálvese el que pueda”, sino más bien de “sálvese el que quiera”, dadas las jornadas de vacunación que existen y la difusión oficial para evitar que crezca el volumen de infectados por el Covid 19.

Aunque desconozco si la frase es de su cuño, sí que es atinada en lo general, pues de seguro habrá quien pese a cuidarse, sufra la afección viral. La frase, además, deja entrever el fuerte desgaste social que ha dejado la epidemia luego de casi año y medio de asolar al mundo, acabando con numerosas vidas y arruinado la economía de los países con menos recursos.

Este desgaste es, en lo básico, el que está causado que se relajen las medidas de contención sanitaria, y no es este un fenómeno aislado o propio de algún país, sino de una pandémica dejadez. Las marchas en Europa por el cierre temprano de la vida nocturna, o la tolerancia falaz de Estados unidos que pone al mercado por arriba de todo, son caras extremas de la misma moneda.

En México, uno de los pocos países que pueden hacerlo, se apuesta por la llamada ‘inmunidad de rebaño’, y se refuerza la vacunación masiva, con la esperanza de que no surjan nuevas cepas del Covid 19 que dificulten más la lucha contra la enfermedad. Hay que ganarle tiempo al tiempo, se dice de manera coloquial. Hay naciones que no tienen, siquiera, este sosiego.

En lo local, las nuevas ordenanzas del gobierno estatal que limitan el acceso a comercios y servicios, atinadas desde luego, van en tal sentido: ganar tiempo al tiempo en lo que se da la inmunidad de rebaño que es, por desgracia, la posibilidad más a mano para atenuar el impacto de la pandemia; tratan de mediar entre la salud pública y la economía, lo que no es nada fácil.

Pese a su implicación psicológica, la frase de “sálvese el que quiera”, es vigente. Mucho lo que se ha avanzado desde enero de 2020 en lo que toca a la epidemia, pero aún nos falta un tramo del camino. El cuidado primario de la salud es personal, no del gobierno. La vacunación masiva es la salida que hay y hoy por hoy no tenemos otra ruta para salir adelante.

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