El minotauro
Nicolás Durán de la Sierra
Este 1 de octubre, salvo en Cancún donde la alcaldesa Mara Lezama fue relecta, se renovarán las alcaldías de todo el Estado y el ánimo político es tenso pues es muy posible que más de un alcalde saliente sea llamado a rendir cuentas por su manejo de las finanzas públicas y acaso hasta por desvío de recursos, como en Felipe Carrillo Puerto, Isla Mujeres, Tulum y Chetumal.
No es para menos, pues estos municipios están al borde de la quiebra y los nuevos alcaldes no sólo hallaran las arcas vacías, sino hasta deudas hasta con sus propios empleados, por no hablar ya de sus respectivos débitos públicos, que hoy por hoy son impagables. El panorama es desastroso para los gobiernos que entran, sean estos del partido que fuesen.
Los alcaldes que se van son ejemplo de desaseo, desde el isleño que se amparó para que su gobierno no fuese auditado; el de Tulum que no puede explicar el destino de millones de pesos; el cozumeleño sancionado por el tribunal electoral, entre otras acusaciones varias, o el de Chetumal, al que además de corrupto se le acusa de ineficiente… Un horizonte político con nubarrones.
De hecho, en las pasadas semanas, el gobierno estatal por medio de la Secretaría de Finanzas tuvo que ir al rescate de las alcaldías de centro y sur del Estado, ya que no podían siquiera afrontar sus gastos operativos y hasta enfrentaron huelgas de sus empleados. No se descarta que, de nueva cuenta, el poder ejecutivo tenga que intervenir.
Por cierto, la que salió venturosa de su vis a vis con los diputados de la XVI Legislatura, fue Yohanet Torres, la titular de Finanzas, quien les dijo que la deuda estatal es de 19 mil millones, no de 23 mil millones de pesos, y que al próximo gobierno del Estado no se le heredarán nuevos créditos y destacó La deuda conjunta de los municipios alcanza los dos mil 500 millones de pesos.
Los gobiernos municipales que están por entrar habrán de enfrentarán días difíciles pues no sólo tienen las arcas en ruinas, como se dijo, sino además sus ingresos están por debajo de sus gastos operativos, sobre todo en la capital del Estado y en las alcaldías de la zona maya. No está de más proyectar para los meses por venir un plan de rescate financiero. Son bombas de tiempo.